Es lo que tiene llegar a mala hora al frontón de los Frailes.
Cuando la primavera parece que empieza a hacer acto de presencia, y el termómetro nos dá la agradable lectura de más de veinte grados hay más gente que en la guerra y, o llegas a las 9:00 y calientas con el cepillo limpiando la cancha, o llegas a las 12:30 para jugar en el tercer partido sin apenas esperar.
Cuando la primavera parece que empieza a hacer acto de presencia, y el termómetro nos dá la agradable lectura de más de veinte grados hay más gente que en la guerra y, o llegas a las 9:00 y calientas con el cepillo limpiando la cancha, o llegas a las 12:30 para jugar en el tercer partido sin apenas esperar.
Pero si llegas a las 11:00 de la mañana, ni juegas el primer partido,
ni el segundo. Te toca jugar el tercero pero eso si, esperando hora y media…
Y esto es lo que me pasó este pasado sábado.
El primer partido se jugó con el sol de cara y una
temperatura bastante agradable.
El segundo ya fue un duelo entre titanes entre Floren y
Antonio, menuda pegada tienen estos dos.
Y el tercero ya por fin lo jugamos Lobo y Venancio vs. Goyo
y yo
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